He Probado Carne Cruda de Todo El Mundo
Traducido por SteppeBarbarian.
Todos tenemos ese amigo que un día es normal, y al siguiente está llenándote el chat de artículos que alegan una gran conspiración internacional. “¿Sabes? Voy a dejar de comer carne”, te dice. Te vas dando cuenta de que tu amigo responde cada vez menos a tus mensajes, y cuando lo hace es con palabras nuevas que asustan. Al final, te bloquea. Vas corriendo a ver su Facebook y su última actualización confirma tus sospechas: tu amigo ha sido inducido al veganismo radical.
En Countere Magazine no discutimos con los veganos; ya que de hecho están en nuestras filas, además ya hemos entrevistado a un “frutariano” antes. Pero por cada acérrimo vegano que jura la superioridad de una vida sin carne -ajeno al drenaje de su fuerza vital debido a la desnutrición (por supuesto no todos son así)-, se levanta a las 5:30AM cada mañana un deportista que engulle 16 cápsulas variadas de sebo, hígado y cerebro de res. Al llegar la noche, espiamos a este atleta a través de la ventana: danzando en su cocina, espolvoreando pimienta negra, sal marina y cardamomo en el aire, mientras los utensilios bailan y cantan a su alrededor. Los condimentos aterrizan en un cuenco plateado que contiene la esencia de su poder: carne cruda.
Estoy lejos de ser el primero en entender esto. Aajonus Vonderplanitz fue un controvertido nutricionista que padeció una infancia enfermiza, incluyendo cáncer a sus 21 años, lo que le condujo a buscar tratamientos alternativos. Se convirtió en crudívoro a la edad de 25 años, y a los 29 descubrió la carne cruda, a la que atribuyó su recuperación completa. Vonderplanitz afirmó que la cocción de los alimentos destruye nutrientes esenciales y predicó que la gente más sana del planeta consume alimentos altos en colesterol.
Su “dieta primitiva” prescribía carne, lácteos y grasas crudas; sus seguidores acérrimos afirmaron que esta dieta resolvió sus dolencias aparentemente incurables, desde el cáncer hasta la artritis y la depresión. Vonderplanitz hizo muchos enemigos en el complejo médico-gubernamental y murió bajo extrañas circunstancias en Tailandia durante el año 2013.
A día de hoy, el estigma contra la carne cruda todavía permanece en los Estados Unidos, incluso cuando la moda alimentaria se alinea con las afirmaciones de Vonderplanitz sobre el cocinado, el colesterol y la salud intestinal. Este “estigma contra lo crudo” es alentado desde el gobierno y sus políticos, quienes favorecen activamente que las granjas industriales produzcan una calidad de carne tan horrible que hace que comerlas crudas sea un acto suicida. “Comer crudo va de la mano con la determinación de un alto control de calidad”, dice N’golo Tesla, un conocido defensor de la carne cruda en Twitter, a través de un mensaje directo. Al discriminar los alimentos crudos - ¡Observa cómo reacciona la gente cuando bebes un huevo crudo! -, perdemos una fuente de vitalidad eterna y atemporal.
Escribo este artículo para educar al Occidente moderno de que no hay que temer a los alimentos como la carne cruda, de hecho deberíamos buscarlos, y ya están a nuestro alrededor, aunque en enclaves étnicos – ¡Sacadlos a la luz! -. Una sociedad que rechaza la carne cruda es una excepción en la historia mundial, no la norma. Japón, Rusia, Brasil, Líbano, Corea, Italia, Turquía e incontables países tienen tradiciones conocidas de comer carne cruda. Los grupos indígenas también prefieren carne cruda: los inuits tienen una conexión mística con la carne y sangre crudas de foca, que insisten en que los mantiene más calientes y fuertes. Elegí comer platos de carne cruda de cinco continentes distintos; cuando no los pude encontrar en restaurantes los preparé yo mismo.
Nota del autor: Escúcha atentamente, no toda la carne cruda es buena. Los enemigos industriales de los alimentos crudos buscan convertirte en un ejemplo. Como dice Raw Egg Nationalist, si vas a comer carne de res cruda, debe ser totalmente fresca y de la mejor calidad; “el bistec solo puede ser filet”. Haz lo que hice: conducir hasta un área rural, encontrar un granjero, ver cómo corta el filete delante de ti y comerlo no menos de una o dos horas después. No informes a nadie de tus planes. Desecha los restos en el bosque y borre su historial de internet después de leer esto.
Kitfo – Etiopia/Eritrea
El kitfo es una de mis comidas favoritas de todos los tiempos. Consiste en carne de ternera cruda picada y un tipo de mantequilla emulsionada, conocida como nitter kibeh. El kitfo es considerado por eritreos y etíopes como una comida de celebración, servida en días festivos y bodas aunque la gente adinerada la toman cuando quieren. A menudo se sirve con un queso suave llamado ayibe y verduras cocidas llamadas gomen. Para comerlo, se corta un trozo de pan injera amargo y se enrolla el kitfo, haciendo de esto un bocado delicioso y satisfactorio.
El kitfo es bastante difícil de hacer en casa, sobre todo para preparar el niter kibbeh. Actualmente estoy cerca de D.C, y una amiga mía de Eritrea me instó a visitar el Habesha Market & Carry-out para obtener mi kitfo, insistiendo en que eran los mejores y más limpios. En Habesha, vi a mujeres fuertes de ceño fruncido alimentar a un gran molinillo con carne cruda, mezclarla y distribuirla en una olla de acero con una gran cuchara de madera en mi plato, visto en la imagen de arriba.
Bò Tái Chanh – Vietnam
Traducido toscamente como “limón de carne cruda” en vietnamita, es el plato que probablemente comenzó mi adicción a la carne cruda. Mis padres solían llevarnos a un restaurante vietnamita donde siempre lo tomábamos como aperitivo. Igual que el ceviche, el bò tái chanh se prepara aparentemente con el ácido de la lima o zumo de limón, aunque no hay diferencia en sabor y textura entre usar uno u otro. Si bien este plato no tiene el significado cultural del kitfo -está relegado a los aperitivos en la mayoría de menús-, sigue siendo cósmicamente bueno. Cuando Francia colonizó Vietnam, dejaron sus aromas en todos sus alimentos; en el bò tái chanh se nota una deliciosa mezcla de ternera cruda, lima, cilantro, cebolla, maní triturado y salsa de pescado.
Estaba visitando a mi editor en Cleveland, que me recomendó el restaurante Number One Pho para que probase su único e inigualable bò tái chanh. Lo pedí con extra de ternera, salió rápido y lo devoré en minutos. Muy ligero, muy fresco y deliciosísimo.
Parisa — Texas, EEUU
El siguiente de la lista fue la parisa de Texas, conocida como “ceviche de ‘cow boy,”. Resulta que incluso antes de la IIGM, en los EEUU tenían la tradición de comer carne cruda, esta costumbre aún continúa en algunos estados. En Wisconsin aún se comen “sándwiches caníbales” de carne cruda con pan de centeno. La parisa fue creada por franceses que inmigraron a Texas a finales del siglo XIX, mezcla carne de ternera cruda con sabores del suroeste como cebolla picada, jalapeños y queso cheddar; la mezcla se marina en zumo de limón durante un día y se sirve después con galletas saladas.
Uno no compra simplemente la parisa de una tienda, a no ser que se encuentre en la Texas profunda, así que lo hice yo mismo. Cerré los ingredientes en un Tupperware y esperé un día. Aunque tenía un olor picante nada más abrirlo, tenía un sabor suave, salado y un tono a queso, como un Lunchable. Lo dejé reposar otro día, lo cual mejoró su sabor: el sabor del cheddar disminuyó y se volvió más neutro. Aún así, no pude evitar pensar que la parisa era un “steak tartar para pobres”. Lo que me lleva a…
Steak Tartar — Raw Egg Nationalism
Quizás te estarás preguntando: "¿Qué es el Raw Egg Nationalism?" Es un movimiento que promueve la salud y la vitalidad a través del “slonking” de huevos crudos. Algunos lo llaman una subcultura esotérica, otros, una ideología que amenaza con derribar los mismos cimientos del orden internacional liberal de posguerra. En 2019, el Dr. Benjamin Braddock escribió un hilo de Twitter ahora perdido que define los principios del Raw Egg Nationalism, que luego fueron consagrados en un artículo; este verano, el erudito seudónimo Raw Egg Nationalist publicó el primer tomo de tapa dura del canon Raw Egg Nationalism, Raw Egg Nationalism Cookbook (que en realidad incluye un artículo sobre Aajonus Vonderplanitz).
Raw Egg Nationalist, el autor, es un ex chef, e incluyó una receta para el steak tartar en The Raw Egg Nationalist Cookbook. Dado que el steak tartar es el Beef Wellington del mundo crudo, cada aspirante culinario debe perfeccionar el suyo, tenía que ver cómo el tártaro de Raw Egg Nationalism se compara con las otras culturas del mundo. Me encantó descubrir que estaba entre los mejores. Mientras que el kitfo o la parisa usan mantequilla especiada o jugo de lima para separarte de la verdadera naturaleza de la carne cruda, este bistec tártaro no necesita aderezos adicionales, solo pepinillos frescos, ajos, perejil y la yema de un huevo crudo. Todavía pienso en su regusto embriagador. El steak tartar de Raw Egg Nationalist está destinado a destacar los mejores cortes de carne y, dado que el filet mignon de mi granjero local cuesta menos de $ 15, planeo seguir comiéndolo con regularidad.
Bistec Alemán — Chile
El bistec alemán, también conocido como crudo alemán o crudo, es la forma chilena de comer carne cruda. Fue creado por criadores de cerdos alemanes, que a menudo preparaban carne de cerdo cruda con cebollas y se pasaron a la cría de ganado en América del Sur. No voy a mentir, no solo no pude encontrar un solo restaurante en un radio de 150 kilómetros que sirva este plato, ni siquiera pude encontrar una traducción adecuada al inglés de una receta. Si bien el bistec alemán parece relativamente conocido en el mundo latinoamericano, tiene varios nombres y los ingredientes cambian de un sitio a otro.
Afortunadamente, mi novia es una chef que ha viajado mucho, así que traje el filete crudo a su casa, le mostré mis toscas traducciones de las recetas y la vi captar la vibra. Mezcló jalapeños, cebollas, aceite de oliva, chile, sal, pimienta, cebolla morada, mostaza dijon, mayonesa y limones recién exprimidos; asó un poco de masa madre; incluso esculpió una pequeña torre de carne cruda con un molde. Los limones imbuyeron el sabor sudamericano al plato, y la mayonesa cremosa y la mostaza dominaron la dureza de la carne, lo que lo convirtió en el plato perfecto para el novato de carne cruda.
Pittsburgh Blue – Pittsburgh, EEUU
"Pittsburgh blue" o "Pittsburgh rare" es el grado más bajo de cocción de la carne en los Estados Unidos. Es carne que se ha arrojado a la parrilla solo como una formalidad, solo uno o dos segundos de cada lado, manteniendo el interior completamente crudo. Esta práctica se originó en las acerías de Pittsburgh de mediados del siglo XX. Los pittsburgueses (¿o se les llama pittsburghianos?) llevaban trozos de carne al trabajo y los colocaban en altos hornos, que se mantenían a temperaturas superiores a los 1000 grados centígrados. El exterior del bistec se quemaría instantáneamente, mientras que el interior permanecería frío y crudo.
La mayoría de los asadores todavía no hablan el idioma del Pittsburgh blue, así que yo mismo preparé un bistec de Pittsburgh. Si bien no pude ennegrecer el exterior con mi simple sartén, mantuve el interior crudo, lo que aún debería contar, ¿verdad? Mucho más importante es la distinción Pittsburgués / Pittsburghiano, que busqué en Google y aprendí que la forma correcta de referirse a un residente de Pittsburgh es "Yinzer". ¿Esto se debe a que aparentemente los habitantes de Pittsburg / Pittsburgh dicen yinz en lugar de "you" ...? Escuchaste bien. Yinzer. Como en "Aléjate de ese chico Yinzer de la calle" o "De todos modos, nunca me gustaron los Yinzer". Sin embargo, me encanta su bistec.
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